Tópicos, tonterías y talento
Lo confieso. El fútbol nunca me interesó hasta que Valdano empezó a hacer las crónicas de los partidos del Mundial de México. Descubrí que podía haber algo más que lo evidente, que los atavismos, tribalismos y miserias gregarias que demostraban los aficionados, junto con un exceso de pasión ciega y de pensamiento aborregado, podía ser sustituido por argumentos, imágenes, metáforas... belleza y épica condensada en 90 minutos. Confieso mi pedantería y clasismo. Trato de curarme de ello pero cuando los seguidores del Madrid disparan a la policía y queman la Castellana al ganar su equipo una Copa de Europa hacen que el gol de Zidane se transforme, de un ejemplo de plasticidad, valentía y belleza, en un simple giro acrobático. En esas ocasiones siento que el fútbol me abandona y no yo a él.
El último ejemplo es Chilavert, quizás demasiado alejado (Paraguay) de la mar. El alocado portero de la selección paraguaya se ha desmarcado con una serie de bravuconadas y tonterías sobre los muchos goles a balón parado que le va a meter a España. No dudo que pueda hacerlo y me gustaría verlo. Lo que sobra es esa chulería. Los españoles se defienden con tópicos, "El Chila es así", "lo qué importa es lo que pase en el campo", etc... que es una manera elegante de guardar silencio, aunque gastada.
Cuando ocurren cosas como esas (como Rivaldo, al que le sobra talento, fingiendo agresiones inexistentes) me entristece el daño que los arribistas y tahúres quieren hacer de un juego hermoso, y más en un país como España donde han jugado y juegan futbolistas de todas las selecciones participantes. Todos se conocen, y se me hace triste. Para mi lo ideal sería una final con Argentina, si los cruces lo permiten, con España, aunque perdiese; y si no, México. En último caso cualquier equipo que hable español es el mío.
Prometo no hablar tanto del Mundial, pero lo siento. Se me está haciendo apasionante.
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