domingo, 16 de junio de 2002

¡¡¡Santo Casillas!!!


La intervención de la divina providencia en asuntos terrenales es un recurso que se usa con demasiada frecuencia en la apasionado periodismo deportivo. Pero el portero de España tiene ángel. Difícilmente se pueden parar tres penaltis (uno en tiempo de juego, dos en la tanda) en un partido de la segunda fase de un Mundial, cuando apenas se han cumplido los 20 años. Hay portero, siempre lo ha habido, pero asombra. Y con portero se gana un campeonato. Sin él, no.

España se mereció el sufrimiento y casi la derrota. Se hicieron amarretes, (como dice Un, dos, tres ), mezquinos, tras un gol temprano. El empate de Irlanda fue cuestión de tiempo. Otra épica tuvo la prórroga, con los cambios hechos, Albelda lesionado (quedaron diez en el campo) y Luis Enrique en esfuerzo de titán. Se forzaron los penaltis y el resultado está a la vista.

Esta no es la selección que me gusta. Ojalá volvamos a jugar como contra Sudáfrica. Así, sí se puede ganar a Corea, a Brasil, a Italia, a Alemania y a quien sea. Y si no, nos divertiremos.

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