lunes, 17 de junio de 2002

Competición vs. Entretenimiento


Cuando una corporación necesita más poder suele buscar nuevos y poderosos socios, o clientes. La FIFA es una de ellas. Se encuentra que el deporte que explota por medio de los derechos televisivos crece, pero no en ingresos, ni en los lugares donde podría obtener beneficios reales. Sobrexplotado ya el mercado europeo y latinoamericano, África no va a engordarle la cartera. Quedan algunos países en los que el fútbol interesa poco, pero donde el mercado potencial es enorme.

¿Importa mucho que Francia, Argentina, Portugal o México sigan jugando? Son países en los que el fútbol, como en España, Brasil, Italia o Inglaterra, está fuertemente afianzado, forma parte de la vida. ¿Importa mucho que las selección de Corea o Japón se difuminen en su Mundial, como sería lógico? ¿Y los Estados Unidos? Extrañamente, en una nación en la que el espectáculo deportivo es rey, el fútbol es algo menor. Despertar el interés necesita de victorias de sus representantes.

Pero la competición deportiva marca unas pautas, que no se corresponde con el espectáculo, para disgusto de los aficionados, ni con el entretenimiento, para disgusto de la FIFA, que ya tenía, desde hace meses, un guión escrito de manera clara, a beneficio de potenciales audiencias y que, poco a poco, vamos descubriendo quienes son.

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