Los límites de la literatura
En la Semana Negra, el escritor Justo Vasco, con tono pausado y cálido, presenta a una joven autora escocesa, Denise Mina, de biografía llamativa, como suele ocurrir en este festival. Hija de la clase obrera, trabajó de enfermera con pacientes terminales, estudió Derecho, dio clases de criminología y dejó de fumar. Sus dos novelas publicadas en español, la última de ellas, motivo de su presencia, retratan un Glasgow oscuro y peligroso, reino del paro, la droga y el dinero que se va fácilmente, fruto de muchos meses de trabajo en las plataformas petrolíferas del Mar del Norte. La realidad que retrata es cruel y sus personajes pertenecen a esa realidad: un obrero separado de su esposa yonki, un camello cínico, una ‘detective’ a tratamiento psiquiátrico, policías con la mano demasiado larga. Se disculpaba la autora por no poder contar todo lo que sabe y ve en una novela. De nuevo, Justo Vasco, encontró la frase: “La realidad no tiene límites, es la literatura la que los tiene e impone”.
domingo, 7 de julio de 2002
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