Argentina vive. El ejercicio necesario de hacer la compra en el supermercado (o en el “hipermegalómano” como diría un amigo cercano) puede ser una muestra de cómo anda el mundo. Ya estábamos acostumbrados a los mangos brasileños, la piña de Costa de Marfil, los chiles, serranos, jalapeños, chipotles, de varias marcas mexicanas, hasta salsa de soja traída de Corea y auténtico wasabi japonés. Pero nada, nada me produjo tanta emoción como encontrar un tarro de dulce de leche junto a la muy española Nocilla; pero la emoción fue a más: en la sección de bebidas había cerveza Quilmes. Me negué ambos caprichos y me compré, benditos sean, una caja de alfajores (de los de allá). A veces, la nostalgia es por aquello que nunca se tuvo.
jueves, 1 de agosto de 2002
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