El testigo superfluo
Escribe Ramón Lobo en El País: "En esta posguerra iraquí, que en realidad en una guerra de baja intensidad, se ha producido un cambio radical respecto a otros conflictos: el reportero extranjero ya no es bienvenido por la parte débil. En Sarajevo, informadores de todo el mundo vivieron los casi cuatro años de cerco junto a la población y sus informaciones fueron el instrumento del Gobierno bosnio para evitar el olvido. Pero ahora, en el triángulo suní, la insurgencia ya no necesita del intermediario: puede colocar su mensaje a través de Internet y de los canales árabes de televisión por satélite para llegar un público sin interferencias en el mensaje. El mensajero ha dejado de ser imprescindible; hoy, es un objetivo de guerra."
Vía Arcadi Espada
lunes, 27 de septiembre de 2004
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