El zarandeo
Me llama un Martín Cué desde Madrid y me cuenta que estuvo en la manifestación del sábado que organizaba la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Y le pregunto ¿cómo es eso? "Pásaba por allí y vi mucha gente. Me quedé un rato para ver de que iba el tema, pero tardé en enterarme. El ambiente era como el de salida de misa de doce: muchos hombres mayores bien vestidos y señoras con abrigos de pieles. Pero todos parecían estar disimulando, como si el tema no fuera con ellos. No había ese ambiente solemne de manifestación silenciosa, ni el bullicio y las pancartas de las otras. Se notaba en el aire que se cocía algo, sobre todo cuando vi gente con banderas de España enrolladas y medio escondidas, como si se avergonzasen de ello". Le volví a preguntar "¿y te enteraste allí de que iba?". "Sí, pero tarde, cuando vi a una persona con una pegatina de ETA NO. Primero pensé que había habido un atentado por la mañana, pero por el tipo de gente que había no podía ser una movilización espontanea, ni por como se estaban comportando. Se cocía algo, me olió a extrema derecha y me fui".
Hoy leo en El País que el PP movilizó a sus bases aprovechando la manifestación de la Asoaciación de víctimas del terrorismo (etarra, no creo que hubiese allí víctimas del GRAPO, del GAL, del Batallón Vasco-Español, de Al Qaeda), y las impresiones de este amigo se confirman.
Ayer Rajoy se quejaba que "él lo pasó peor", y se supone que hablaba del Prestige, la guerra de Irak y el 13-M. Eran Gobierno y las manifestaciones eran contra el Gobierno. Pero no se zarandeo a nadie ni se aprovecho la coyuntura para sacar a la calle a los perros de presa, esos que tiene uno bien limpios y alimentados para que estén tranquilos y ataquen cuando sea necesario. Se prende mucho yendo al fútbol. Son el mismo tipo de gente que ocupa el fondo Sur: se los desprecia pero se hacen imprescindibles cuando de lo que se trata es de acogotar, intimidar, usar la violencia.
Enviado por Marcial Castañón
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