viernes, 13 de septiembre de 2002

¡Viva México, cabrones! (con nostalgia)
Mexicanos, al grito de guerra, el acero aprestad y el bridón, y retiemble en su centro la tierra al sonoro rugir del cañón... (anden, mejor la cantan ustedes...)

Decía el escritor cubano Justo Vasco que "la nostalgia es un cuento, un truco", y desde las páginas de uno de sus libros, antes de pronunciar esa frase, Paco Ignacio Taibo I le contestaba que no, que "la nostalgia lleva a viajes y aventuras" (y debe de ser cierto, uno de sus hijos, Benito, lo argumentaba en un poema: siento nostalgia de lugares en los que nunca he estado). Creo que los dos (los tres) tienen razón, desde su punto de vista. Y en mi casa también hay nostalgia de México, un país que uno ama de manera apasionada e irracional. Y el domingo, día 15, retomamos la tradición de celebrar con mesa y mantel la independencia de México, una disculpa como otra cualquiera para preparar un poco de guacamole, unos camarones a la diabla, un pozole, un algo de cochinita pibil, guardar de postre dulce de cajeta (de Celaya) e invitar a los amigos a comer todo eso (también hay tacos) y a tomar unos tragos de tequila reposado, unas chelas de las de allá, las ya sabidas: Sol, Corona, Negra Modelo (y no se preocupen los argentinos, también compré unas Quilmes), y eso, estar juntos hasta que entre bien la noche, y con ella, casi el fin del verano, contando historias y la Historia desde el lado que más nos gusta. El año pasado no pude celebrar la fecha en la que siempre brindamos con Herradura por "el gusto de estar con ustedes" y por los que están al otro lado del océano. Creo que este año hay mucho por lo que celebrar y que recordar.
Y están todos invitados (ver lista inicial en el comentario 1, añádanse los que no se encuentren). Por favor, confirmen asistencia.

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