Tocar el cielo
El hombre tocó los cielos cuando el Sputnik comenzó a dar vueltas alrededor de la Tierra. Aquello nos hizo sentirnos pequeños, observados y frágiles, asomados con una pequeña radio a la inmensidad del océano cósmico. El Sputnik siempre me ha parecido la perfecta estrella de Belén, la marca indeleble de la voluntad rompiendo la noche, el cometa perfecto creado con nuestras propias manos.
Este año tratamos de llegar de nuevo Marte. Y sin fracasar la sonda quedo en el oxidado plantea, lejana y sola, inalcanzable a nuestros ruegos, y nosostros, desconsolados, sin poder escuchar su sonido.
Sin embargo, el Sputnik, el pequeño satélite, que Korolev construyó y regaló al mundo, giró y giró unos cuantos meses, con sus antenas como cola, transmitiendo un pequeño pitido desde las estrellas, dando la vuelta a la Tierra cada poco más que hora y media, e hizo que las navidades del año 1957 tuviesen un sobrecogimiento y una sensación diferente que acabaría pocos días después de Año Nuevo al querer volver a casa, un 4 de enero, quemándose en el intento. Él nos demostró que se pueden conquistar los cielos, como tantas otras cosas. Feliz Navidad, Feliz Año a todos.
Aquí les dejo el sonido del Sputnik cuando todavía rodeaba la Tierra.
sábado, 27 de diciembre de 2003
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