De viaje
La reglas son sencillas: dejar atrás todo lo conocido, agarrar una mochila con lo mínimo que exige la higiene y la cortesía, llevar sólo un cuaderno de viaje, un lápiz, una cámara, unos números de teléfono anotados en una tarjeta, quizás un libro para las esperas, negarse a uno mismo la radio, los periódicos, la televisión, la red, dejar que la voz interior surja y subir al tren, aquel amado tren e ir a la busca de los compañeros de viaje, de los amigos, de esos a los que tanto se les debe y es posible ver pronto, no tener prisa, observar, hablar, escuchar, recordar, recrear, inventar, ser y dejar, transformar y ser transformado, dejar que los días más cortos sean luego los más largos en la memoria, viajar en, suma, saberse irredento vagabundo, vivir.
miércoles, 9 de octubre de 2002
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